La Sunna fue memorizada, registrada y cuidadosamente preservada de tal modo que pudiese transmitirse sin distorsión o alteración. La Sunna está incluida en el significado de: Nosotros hemos hecho descender el recuerdo –la colección de advertencias divinas y recitaciones– y nosotros somos sus guardianes (15:9).
La Sunna, el único ejemplo establecido por el Mensajero para que sea seguido por todos los musulmanes, nos enseña cómo vivir nuestras vidas de acuerdo con los mandatos divinos. Siendo este el caso, el Mensajero se estableció en la encrucijada entre la ignorancia y el conocimiento, la verdad y la falsedad, lo correcto y lo incorrecto, y este mundo y el próximo. Estableció por medio de sus palabras, sus acciones y sus aprobaciones de las acciones de otros, el camino divino que todos los musulmanes deben seguir.
La Sunna es la ventana abierta hacia el Mensajero de Allah, la vía sagrada que lleva hacia las bendiciones del Islam. Sin ella, los musulmanes no pueden poner en práctica el Islam en sus vidas cotidianas, establecer una conexión con el Mensajero o recibir sus bendiciones. Los que la ignoran, corren el grave peligro de desviarse y salirse fuera del Islam, ya que constituye un lazo irrompible que garantiza la unidad de los musulmanes y eleva al Paraíso a todo aquél que se aferre a ella.
Hay varios motivos para establecer la Sunna. Entre los cuales figuran los siguientes:
La Sunna, el único ejemplo establecido por el Mensajero para que sea seguido por todos los musulmanes, nos enseña cómo vivir nuestras vidas de acuerdo con los mandatos divinos. Siendo este el caso, el Mensajero se estableció en la encrucijada entre la ignorancia y el conocimiento, la verdad y la falsedad, lo correcto y lo incorrecto, y este mundo y el próximo. Estableció por medio de sus palabras, sus acciones y sus aprobaciones de las acciones de otros, el camino divino que todos los musulmanes deben seguir.
La Sunna es la ventana abierta hacia el Mensajero de Allah, la vía sagrada que lleva hacia las bendiciones del Islam. Sin ella, los musulmanes no pueden poner en práctica el Islam en sus vidas cotidianas, establecer una conexión con el Mensajero o recibir sus bendiciones. Los que la ignoran, corren el grave peligro de desviarse y salirse fuera del Islam, ya que constituye un lazo irrompible que garantiza la unidad de los musulmanes y eleva al Paraíso a todo aquél que se aferre a ella.
Hay varios motivos para establecer la Sunna. Entre los cuales figuran los siguientes:
• Allah ordena a los musulmanes que sigan la Sunna:
Lo que os da el Mensajero tomadlo, pero lo que os prohíba dejadlo. Y temed a Allah, es cierto que Allah es fuerte castigando (59:7).
Además de trasmitir el Corán, el Mensajero se lo explicó a través de la Sunna. Las palabras lo que abarcan todo lo relacionado con el Corán (la Revelación Recitada) y el hadiz (la Revelación No-Recitada). Él sólo dijo lo que le había sido revelado o inspirado por Allah. El versículo 59:7 dice a los musulmanes que obedezcan al Mensajero a fin de que se hagan merecedores de la protección de Allah. Conscientes de ello, los Compañeros pusieron gran atención en cada una de sus palabras y pusieron gran esmero en ejecutar sus órdenes.
• Un musulmán sólo puede obtener el agrado de Allah y alcanzar la dicha en ambas vidas siguiendo la Sunna, ya que su único propósito es guiar a la humanidad hacia la salvación y hacia la felicidad eterna. El Corán dice:
Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanzas en Allah y en el último Día y recuerde mucho a Allah (33:21).
• El Mensajero anima a los musulmanes a que aprendan la Sunna. Los Compañeros sabían qué era lo que necesitaban para evitar el castigo eterno y recibir la bendición de Allah, por lo que memorizaron y registraron diligentemente los dichos del Profeta. Le escucharon hacer la siguiente súplica:
El día en que algunos rostros estarán radiantes y otros tristes –que Allah haga que se iluminen de alegría y felicidad– los rostros de los que hayan escuchado de mí una palabra, la hayan preservado (memorizándola) y se la hayan transmitido a los demás. [1]
Según otra versión, su súplica fue así:
Que Allah haga radiante el rostro del siervo que haya escuchado mi palabra y, memorizándola y obedeciéndola en su vida cotidiana, se la transmita a otros.[2]
• Los Compañeros sabían que el Profeta intercedería por ellos sólo si seguían la Sunna:
El Día del Juicio, posaré mi cabeza en el suelo y Le pediré a Allah que perdone a mi nación. Me será dicho: “Muhammad, levanta tu cabeza y pide; se te dará lo que pidas. Intercede, pues tu intercesión será aceptada”.[3]
A veces, el Mensajero repetía claramente sus palabras para que su audiencia pudiese memorizarlas.[4] Les enseñó súplicas y recitaciones que no figuraban en el Corán con el mismo esmero y énfasis con el que les enseñaba el Corán.[5] Continuamente instaba a sus Compañeros a que difundiesen sus palabras y que enseñasen a los demás lo que ya sabían. Si no lo hacían, les advirtió diciéndoles: “Si se os pregunta algo que sabéis y ocultáis dicho conocimiento, os será puesta una brida de fuego el Día del Juicio”.[6] El Corán también transmite dicha advertencia:
Los que oculten lo que del libro de Allah se ha hecho descender vendiéndolo a bajo precio, no ingerirán en sus vientres sino el fuego. Y el Día de la Resurrección, Allah no les hablará ni les purificará. Tienen un doloroso castigo (2:174).
Manteniendo estas palabras y advertencias en sus mentes, los Compañeros se esforzaron en memorizar el Corán y la Sunna y en registrar ésta. Luego vivieron sus vidas de acuerdo con los principios y preceptos islámicos, transmitiendo a los demás lo que sabían. Formaron grupos de estudio y discusión a fin de afinar su entendimiento. El Mensajero les alentó a ello diciendo:
Si la gente se reúne en una de las casas de Allah a recitar el Libro de Allah y estudiarlo, la paz y la tranquilidad desciende sobre ellos, la Compasión (de Allah) les envuelve, los ángeles les rodean y dios les menciona ante los que se hallan en Su presencia.[7]
[1] Tirmizi, “‘Ilm” 7.
[2] Ibn Maya, “Muqaddima” 18.
[3] Bujari, “Tafsir” 2:1; Muslim, “Iman” 322.
[4] Bujari, “Manaqib” 23; Muslim, “Fadail al-Sahaba” 160.
[5] Muslim, “Salat” 61; Abu Dawud, “Salat” 178.
[6] Tirmizi, “‘Ilm” 3; Ibn Maya, “Muqaddima” 24.
[7] Muslim, “Zikr,” 38; Ibn Maya, “Muqaddima” 17.
No hay comentarios:
Publicar un comentario