30 noviembre, 2007

Su elección de gente competente

El Mensajero encargó a musulmanes prometedores y competentes los trabajos en los cuales eran los más capacitados. No sintió la necesidad de cambiar ningún nombramiento, ya que la persona nombrada probaba por su propia rectitud y competencia ser la elección apropiada.
El período mecano del Islam fue grabado en la memoria de la comunidad musulmana como un período de persecución y tortura insoportable. El abuso no sólo le era impuesto a los musulmanes pobres y desprotegidos (como Ammar, Bilal y Shuhayb), sino también a miembros poderosos musulmanes pertenecientes a la élite coraichí (como Abu Bakr y Omar).[1] A fin de proteger a sus seguidores, el Profeta permitió a los pobres y desamparados que emigrasen a Abisinia. Pero mantuvo a los poderosos (como Ali, Zubayr, Abu Bakr, Omar y Sad ibn Abi Waqqas) en La Meca, ya que el Islam necesitaba su apoyo para expandirse e implantarse en esta ciudad sagrada. Esos musulmanes poderosos siguieron ocupando los puestos administrativos más altos del estado musulmán.
Abu Zarr era un beduino pobre, franco y recto que nunca reprimió su fe y sentimientos. Cuando escuchó que Muhammad se declaró Profeta, fue a La Meca y se convirtió. El Mensajero solía predicar el Islam de modo secreto en los momentos iniciales de su Profecía. Abu Zarr era muy piadoso y austero. No obstante, como la administración pública precisa de requisitos especiales, el Profeta no aceptó su solicitud para un puesto administrativo, y dijo: “No puedes dirigir los asuntos de la gente. No pidas dichos trabajos, ya que no se los asignamos a quienes los piden”.[2]
El Mensajero rechazó a Abu Zarr, pero consideró a Abu Bakr, Omar y Osman como posibles califas. Tomando las manos de Abu Bakr y de Omar, dijo: “Tengo cuatro visires, dos en los cielos y dos en la Tierra. Los de los cielos son Gabriel y Miguel; y para este mundo son Abu Bakr y Omar”.[3] Respecto al califato de Osman, dijo: “Será una prueba para él”.[4]

[1] Ibn Kazir, Al-Bidaya, 3:40-1, 102-3; Ibn Hisham, Sira, 1:234.
[2] Muslim, “‘Imara,” 16-17.
[3] Muttaqi al-Hindi, Kanz al-‘Ummal, 11:563, 13:15.
[4] Bujari, “Fadail al-Ashab,” 5:7; Muslim, “Fadail al-Sahaba,” 29.

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