El Corán declara lo siguiente:
No corresponde a ningún creyente ni a ninguna creyente elegir cuando Allah y Su Mensajero han decidido algún asunto. Quien desobedezca a Allah y a Su Mensajero, se habrá extraviado en un extravío indudable (33:36).
... Los que creen en Nuestros signos, los que siguen al Mensajero, el Profeta iletrado, al que encuentran descrito en la Torá y en el Evangelio, y que les ordena lo reconocido y les prohíbe lo reprobable, les hace lícitas las cosas buenas e ilícitas las malas y les libera de las cargas y de las cadenas que pesaban sobre ello. Y aquellos que creen en él, le honran, le ayudan y siguen la luz que fue descendida con él; esos son los afortunados (7:156-57).
Además, las tradiciones declaran lo siguiente:
No corresponde a ningún creyente ni a ninguna creyente elegir cuando Allah y Su Mensajero han decidido algún asunto. Quien desobedezca a Allah y a Su Mensajero, se habrá extraviado en un extravío indudable (33:36).
... Los que creen en Nuestros signos, los que siguen al Mensajero, el Profeta iletrado, al que encuentran descrito en la Torá y en el Evangelio, y que les ordena lo reconocido y les prohíbe lo reprobable, les hace lícitas las cosas buenas e ilícitas las malas y les libera de las cargas y de las cadenas que pesaban sobre ello. Y aquellos que creen en él, le honran, le ayudan y siguen la luz que fue descendida con él; esos son los afortunados (7:156-57).
Además, las tradiciones declaran lo siguiente:
• La mejor de las palabras es el Libro de Allah; la mejor vía a seguir es la de Muhammad. El peor de los asuntos es la innovación (contra mi Sunna). Cada innovación es una desviación.[1]
• “Todos los miembros de mi comunidad entrarán en el Paraíso excepto los que se rebelan. Cuando preguntaron quiénes eran esos rebeldes, respondió: “Quien me obedezca, entrará en el Paraíso; y quien me desobedezca es un rebelde”.[2]
• Respecto a mi comunidad, soy como quien enciende un fuego. Los insectos y las mariposas se dirigen a él. Yo os agarro por la tela –de vuestras ropas para salvaros del fuego–, pero vosotros mismos os lanzáis a él.[3]
• No hagáis que encuentre a ninguno de vosotros sentado en sillones, y que cuando algo que yo haya ordenado o prohibido le sea transmitido diga: “No sabemos nada de eso. Por lo tanto seguimos lo que hay en el Libro de Allah”.[4]
• “¡Cuidado! Ciertamente, me ha sido dado el Libro junto a algo semejante al mismo”.[5]
• Los que vivan después de mí presenciarán muchas disputas y desacuerdos. Por lo tanto, seguid mi camino y el camino trazado por mis sucesores rectamente guiados (Califas) y que guían rectamente. Asiros a dicho camino y aferraros a él tenazmente con vuestros dientes. Apartaros de las invenciones (en materia de religión), ya que son innovaciones, y cada innovación es una desviación.[6]
• Os he dejado dos cosas preciosas a las que si os aferráis nunca os desviarán: el Corán y la Sunna.[7]
[1] Muslim, “Yumua” 43; Nasa’i, “‘Idayn” 22; Abu Dawud, “Sunna” 5.
[2] Bujari, “I‘tisam” 2.
[3] Muslim, “Fadail” 17,18; Bujari, “Riqaq” 26.
[4] Abu Dawud, “Sunna” 5; Ibn Maya, “Muqaddima” 2; Tirmizi, “‘Ilm” 10.
[5] Abu Dawud, “Sunna” 5.
[6] Tirmizi, “‘Il” 16; Abu Dawud, “Sunna” 5; Ibn Maya, “Muqaddima” 6.
[7] Imam Malik, Muwatta’, “Qadar” 3.
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